Las exportaciones sardas siguen creciendo, pero se ralentizan. Según el informe publicado por el Centro de Estudios de Cna Sardegna, en el primer trimestre de 2022 el valor de las exportaciones regionales creció un 35% en comparación con el periodo correspondiente de 2021. Una cifra positiva, pero que también marca una desaceleración si se compara con el +63% registrado a finales de 2021 en las exportaciones. En cualquier caso, el nivel de demanda extranjera de productos sardos es muy alto, con 1.600 millones, superior a los niveles anteriores a la pandemia. Lo que no deja del todo tranquilos a los economistas es la cifra neta de la exportación de productos petrolíferos refinados: el valor económico de las exportaciones regionales desciende en este caso un 6% respecto al primer trimestre de 2021. Sólo otras dos regiones del sur muestran un descenso aún mayor de las exportaciones en el periodo más reciente, osea Basilicata y Molise, con descensos del 13,5% y el 23,5% respectivamente.
El análisis muestra una muy buena tendencia para los productos químicos (82 millones) y para la industria agroalimentaria (+6%). Por otro lado, la industria de transformación de metales, que tras el crecimiento exponencial registrado el año pasado, con cerca de la mitad de la demanda procedente de Qatar, ha descendido un 74,5%. Aunque sigue siendo el motor, ya que actualmente representa el 15% de las exportaciones de la región (netas de productos petrolíferos), el sector agroalimentario experimenta un descenso del 9% en la demanda de Estados Unidos (un comprador que representa el 44% del mercado). La demanda de China también ha descendido (-40%) y representa el 2% del mercado.
Dentro del sector agroalimentario, las ventas de pecorino y dolce sardo, incluidos los lotes producidos fuera de la isla, se situaron en 52 millones en el primer trimestre de 2022, lo que supone un aumento del 30% respecto a los tres primeros meses del año pasado. El crecimiento de los ingresos se ha visto impulsado por la dinámica de los precios de exportación, que han aumentado considerablemente: a partir de los últimos meses de 2021, han superado los 10 euros por kg, llegando incluso a un récord histórico de 11 euros en marzo de este año, frente a una media de 8,6 €/kg en 2020.