
El PIB italiano crece más de lo previsto. Según ha comunicado el Ministerio de Economía y Hacienda, la estimación flash del ISTAT muestra que, tras la ralentización de principios de año, la economía italiana ha registrado un crecimiento del PIB del 1% y un aumento del 4,6% en comparación con el periodo correspondiente de 2021. El crecimiento anual adquirido (la tendencia que se registraría si el PIB se mantuviera sin cambios en la segunda mitad del año) es del 3,4%, superior al 3,1% previsto en el Def.
El notable aumento del PIB en el segundo trimestre se produjo en un contexto de grandes dificultades debido a la guerra en Ucrania, la subida de los precios internacionales de la energía y los alimentos y el aumento de los tipos de interés a nivel mundial.
El mayor fortalecimiento de la actividad en el sector de los servicios se vio favorecido por la supresión de la mayoría de las medidas restrictivas relacionadas con el covid-19. La industria se benefició de una tendencia general favorable tanto en el comercio internacional como en la demanda interna, incluida las inversiones.
Las medidas aplicadas con la Ley de Presupuestos de 2022 y los numerosos decretos emitidos por el Gobierno contribuyeron a sostener la economía italiana. Estas medidas permitieron amortiguar el impacto del aumento de los costes de energía en los hogares y en la competitividad de las empresas. Aunque en un contexto marcado por los trágicos acontecimientos de Ucrania, el clima de inversión en Italia sigue siendo positivo.