La decimotercera convención internacional de ciencias sensoriales y ciencia del consumidor, titulada "Participar en el futuro" y dedicada a la memoria de Rose Marie Pangborn, se celebró recientemente en Edimburgo, la capital de Escocia. El evento, que se realiza cada dos años en un país diferente, ha reunido a más de 1.200 delegados y cuarenta empresas y centros de investigación.
Las ciencias sensoriales son una disciplina científica nacida en los años 60 del siglo pasado. El propósito de las ciencias sensoriales es analizar los productos de consumo mediante el uso de paneles de evaluadores expertos o no capacitados que utilizan protocolos de prueba para responder preguntas de gran importancia para las empresas manufactureras. La particularidad de las pruebas es el uso de los sentidos humanos para expresar evaluaciones.
La aplicación de pruebas sensoriales nos permite comprender con un alto grado de precisión y fiabilidad de los datos estadísticos, cuál es la reacción del consumidor cuando entra en contacto con el producto. Algunos casos prácticos, a modo de ejemplo: entender si, después de la sustitución de un ingrediente o una fase del proceso de producción, el producto resultante se percibe como igual o diferente con respecto a la formulación original. La aplicación del análisis sensorial permite realizar actividades más precisas y eficientes como el control de calidad, el desarrollo de nuevos productos o la optimización de productos existentes. Además del mercado agroalimentario, esta disciplina también tiene grandes oportunidades de aplicación en el campo de la producción de cosméticos, textiles y cuero, automotriz, electrónica de consumo y el sector farmacéutico.
Una evolución posterior del análisis sensorial se llama ciencia del consumidor. En este caso, las metodologías derivadas están más orientadas al estudio del comportamiento del consumidor con el objetivo de predecir actitudes y dirigir las características técnicas y de marketing de los productos para maximizar el éxito comercial.
En la conferencia, que tuvo lugar en el prestigioso Centro Internacional de Conferencias de Edimburgo entre el 28 de julio y el 1 de agosto, se presentaron contribuciones científicas muy altas que muestran cómo esta disciplina, la primera prerrogativa de grandes empresas y centros de investigación, puede volverse común en las pequeñas y medianas empresas, mediante el uso de pruebas rápidas, que tienen en cuenta el comportamiento inconsciente y las reacciones emocionales al producto junto con la reacción sensorial. De esta manera, la disciplina está vinculada a otros campos en rápida y reciente evolución, como el neuromarketing, las aplicaciones de big data, la inteligencia artificial, el Internet de las Cosas y las aplicaciones de realidad virtual o aumentada.
La nueva empresa sarda Smart Sensory Solutions, que presentó su producto principal, la caja Smart Sensory (SSb), participó como expositor en la conferencia. El SSb es una plataforma de software y hardware que utiliza tecnologías IOT para hacer que los análisis sensoriales sean aplicables y fácilmente manejables incluso en el contexto de las PYME, reduciendo los costos operativos y la complejidad y eliminando todos los obstáculos que han impedido hasta ahora la correcta difusión de estas metodologías en empresas europeas. La compañía, que tiene su sede en la incubadora tecnológica CUBACT de la Universidad de Sassari, ha tenido mucho éxito en términos de interés comercial y, sobre todo, en comentarios sobre la calidad del producto, presentado en el Simposio Pangborn, el contexto científico más calificado y autorizado a nivel mundial en este sector.