Sistemas de gestión medioambiental

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Cualquier empresa, a través de sus actividades, incide en una serie de cuestiones medioambientales. Entre las principales:

1. emisiones en el aire, agua y suelo;

2. producción de residuos;

3. consumo de materias primas y energía;

4. uso de sustancias peligrosas.

La eficiencia medioambiental de la empresa depende naturalmente de los métodos de organización y gestión de la producción. Mejorar estos aspectos, además de las ventajas en términos de imagen para las empresas “verdes”, puede conllevar una reducción del consumo con ventajas económicas y de gestión.

Los Sistemas de Gestión Ambiental (SGA) son instrumentos de organización de la empresa, que ayudan y guían a la empresa en el proceso de mejora empresarial.

Gestionar los aspectos medioambientales significa:

• identificar las fases productivas y comerciales en las que se ven afectados determinados aspectos ambientales;

• investigar los métodos de trabajo o las tecnologías para mejorar el desempeño ambiental y las áreas prioritarias en las que intervenir;

• establecer, adoptar y monitorear procedimientos ambientales.

El sistema se configura a partir del conocimiento del estado inicial (análisis medioambiental inicial) y por tanto de la evaluación de la "carga" de las distintas actividades sobre los aspectos medioambientales. A este punto, el empresario elige cuáles son los objetivos de mejora que quiere lograr y cuáles se traducirán en una política medioambiental y un programa de mejora medioambiental de la empresa.

La mejora se logra mediante:

• realización de las intervenciones previstas en el programa, por ejemplo: sustitución de calderas o instalación de sistemas fotovoltaicos;

• la correcta aplicación de los procedimientos medioambientales, incluidos los cambios en los normales procedimientos para mejorar la eficiencia medioambientales.

Los sistemas de gestión medioambientales prevén la evaluación cuantitativa del rendimiento medioambiental (consumos, emisiones, anomalías) y el control (inicial y periódico) a través de auditorías y verificaciones. La revisión periódica de los procedimientos también permite evaluar los objetivos alcanzados y eventualmente establecer otros nuevos.

Entre los principales sistemas de gestión medioambiental acreditados y reconocidos a nivel internacional, recordamos la norma ISO 14001 y el Reglamento Comunitario EMAS (Environmental Management and Audit Scheme). La norma ISO 14001 es una certificación de calidad medioambiental voluntaria que da fe del compromiso concreto de la empresa de minimizar el impacto en el medio ambiente. La certificación EMAS establece a nivel europeo la consecución de excelentes resultados en el ámbito medioambiental, y exige la mejora continua de las prestaciones medioambientales, así como una mejor comunicación con el mundo exterior. Las dos certificaciones son voluntarias e independientes entre sí, aunque la certificación ISO 14001 puede representar un paso intermedio y opcional hacia la obtención de la certificación EMAS (que tiene requisitos más estrictos).

Para obtener más información, consulta:

Las ventajas de las certificaciones medioambientales

La norma ISO 14001

El Reglamento Comunitario EMAS

• Página web GreenSGA

Actualizado el 29/12/2020